Hace ya dos meses que se reveló la existencia de una investigación contra varios políticos que negociaron en reiteradas ocasiones con pandilleros, los políticos que destacan en dicho proceso y de los únicos que hasta el momento se sabe son, Norman Quijano, Ernesto Muyshondt, Ernesto Angulo y el ya fallecido Salvador Ruano de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y Arístides Valencia del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Las negociaciones entre Muyshondt y Ruano con las pandillas eran un secreto a voces, al igual que las negociaciones que sostuvo Arístides Valencia mientras fungía como ministro de gobernación durante la presidencia de Sánchez Cerén. Lo insólito de todo este asunto es la participación directa de Norman Quijano; esto no se debe a que Quijano sea un político con ética y moral o que se encontrase exento de casos de corrupción, sino porque ser astuto y experimentado.
A pesar de la confirmación por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), Quijano se plantó frente el asunto y desmintió semejantes acusaciones. Sin embargo, fue revelada la existencia de un video en el que se le veía al expresidente de la Asamblea Legislativa reunido con un grupo de pandilleros durante el último tramo de la campaña presidencial de 2014. La existencia del video y el resto de acusaciones fue desarrollado en el marco del juicio referido a la «Operación Cuscatlán», con el testimonio del testigo criteriado «Noé».
El testigo afirma haber estado presente en dicha reunión y argumenta que el entonces candidato arenero les ofreció un millón de dólares a cambio de su apoyo en un esfuerzo por asegurar su victoria sobre Sánchez Cerén. La presión de la ciudadanía hizo posible que los videos fueran narrados por parte de la fiscal del caso durante una de las audiencias.
Para entonces, la credibilidad del político arenero estaba por los suelos. Producto de la desesperación, de una terrible asesoría o incluso de la ausencia de ella, Quijano cambió el discurso. En ese momento ya no negaba la reunión, su discurso dejaba abierta la posibilidad de una reunión, diciendo que sostuvo muchas reuniones durante la campaña presidencial y en tono burlesco que en ninguna se tomó la molestia de «pedirle a los asistentes una constancia de la PNC».
Días después el diputado de arena fue citado por la FGR, Quijano salió luego de permanecer aproximadamente 8 horas en dicho lugar, negando cualquier tipo de «negociación» con pandillas. Hay que hacer énfasis en las palabras que usó en ese momento, puesto que ya no estaba dejando espacio a la imaginación o la duda. Norman estaba aceptando tácitamente que se había reunido con pandilleros, más no había establecido ningún tipo de negociaciones.
Hace un par de días Luis Cardenal (presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada – ANEP), dijo que Norman Quijano se había reunido en 2014, con un grupo de pastores y que dentro de ellos estaba «El Piwa» (encargado de administrar los ingresos de la MS), quien contaba con una credencial de pastor evangélico. Las declaraciones dieron aún más credibilidad a las acusaciones de Noé.
Ayer por la mañana en una entrevista radial el diputado y excandidato presidencial de 2009 por ARENA, dijo que en efecto Norman Quijano se había reunido con pandilleros pero que estos eran delincuentes reformados que se habían vuelto al evangelio y convertido en predicadores. El discurso volvió a cambiar, Norman Quijano sí se reunió con pandilleros, sin lugar a dudas.
Haciendo un simple ejercicio mental, considerando todos los hechos acaecidos en estos últimos dos meses es muy fácil concluir que efectivamente, Norman Quijano se reunió con pandilleros y no con cualquier tipo de pandilleros, sino con aquellos que se encuentran en la cabeza de las estructuras, tal y como lo dijo el testigo Noé en su momento. Ahora solo queda por esperar que más información salga a la luz o que el famoso video sea revelado al público y que Norman y su partido vuelvan a cambiar de discurso; hasta el punto de revelar que si existió tal negociación.