Las elecciones de 2014 fueron decisivas para los principales partidos políticos de ese entonces, para ARENA era la oportunidad de regresar al poder.
La ambición los llevó a tomar medidas desesperadas, negociaron con las pandillas para que estos influyeran en los resultados de las elecciones a través de la amenaza y el miedo, a cambio de esto las pandillas recibirían millones de dólares y otras «facilidades».
La Fiscalía General de la República destaca que Norman Quijano, Ernesto Muyshondt, Jorge Velado, Paolo Luers y el ya fallecido, Salvador Ruano. Estos financiaron a las pandillas con miles de dólares como prueba de su capacidad y les dejaron claro que si los apoyaban serían aliados.
Paolo Luers tiene un largo historial de colaboración con las pandillas, fue uno de los principales mediadores en la tregua de pandillas durante el gobierno de Mauricio Funes y ayudó a los grupos criminales en la obtención de beneficios tanto dentro como fuera de los centros penales. Además, habría chantajeado a los pandilleros, exigiendo una parte del dinero que ARENA estaba ofreciendo a sus dirigentes a cambio de continuar facilitando las negociaciones.
Jorge Velado les dijo a los cabecillas de pandillas (a través de Salvador Ruano) que el dinero no era un problema y que más allá de las ganancias monetarias, ARENA se convertiría en su aliado.
Ernesto Muyshondt hizo efectiva una entrega de dinero y junto a Ruano profundizaron los acercamientos con los grupos delictivos. El proceso Culminó con una reunión entre Norman Quijano y dirigentes de las principales pandillas en una oficina de la Red Nacional de Pastores, en la colonia Flor Blanca a inicios de marzo de 2014.
En la reunión Quijano dijo que «De ganar las elecciones se podían obtener favores y beneficios, citanto como ejemplo la alcadía de Ilopango». También les dijo que en su primer presupuesto «el dinero podía ser invertido en programas de beneficios para todos ellos (pandilleros)»
Además de lo anterior el candidato presidencial de ARENA ofreció $100 millones de dólares y los cuarteles del ejercito y la naval en Chalatenango y la Unión para uso de las pandillas.
Al finalizar la reunión, Quijano les ofreció «disculpas, debido a lo que estaba hablando en los spot publicitarios» y añadió que «de ganar la presidencia reduciría el nivel de operatividad de la policía y del ejercito»