La semana pasada la tormenta tropical Amanda azotó al El Salvador; las lluvias causaron estragos en todo el territorio nacional, dejando miles de damnificados, más de una decena de fallecidos y varios desaparecidos.
A pesar que Amanda salió del territorio salvadoreño, las lluvias continuaron en el país con una menor intensidad. No obstante, el riesgo de deslaves en sitios de alta vulnerabilidad aumentó debido a la acumulación de agua en la tierra.
Este día el gobierno ha anunciado una fase de evacuación preventiva. Protección Civil ha girado instrucciones a las 262 alcaldías para que procedan a la evacuación de las zonas de alto riesgo en sus localidades con el objetivo de evitar más pérdidas de vidas.
El Salvador es uno de los países más vulnerables al cambio climático en el planeta, por lo que el gobierno se apresura en cuanto a la prevención de futuros desastres y la mitigación de los ocasionados por Amanda.
Por si esto fuera poco, el gobierno debe lidiar con la situación del COVID-19, la semana pasada el país entró en fase 3 y la capacidad de contagio del virus está en su máximo nivel, esto agrava la ya delicada situación nacional.