EditorialTendencias

La Paz que nunca llegó

Cada 16 de enero, los políticos tradicionales coinciden para “conmemorar los Acuerdos de Paz de 1992”. Los discursos tanto de ARENA como del FMLN, parecen haber sido calcadas o escritas de forma coordinada.

Hablan de “paz”, “libertad”, “democracia” e “institucionalidad” y describen un país que difícilmente se asemeja a El Salvador.

Lo cierto es que esos acuerdos de paz, no fueron otra cosa que un acuerdo político que permitió a la antigua dirigencia guerrillera, formar parte del sistema político corrupto y nada representativo que había construido durante años el PCN, PDC y ARENA.

La Paz llegó a unos pocos, que abusaron de su nueva libertad para hacerse ricos e instrumentalizaron una especie de juego democrático, validado por una institucionalidad conveniente a ese sistema corrupto. Una institucionalidad que les permitió matar enemigos, callar disidentes y robar a más no poder.

ARENA y FMLN se unen en nueva campaña contra el Gobierno

Mientras esto ocurría, el pueblo siguió empobreciendo, desnutrido y necesitado y pese a que se firmó “la paz”, el pueblo siguió muriendo. La guerra civil solo cambió y degeneró en una guerra social. Al nuevo sistema político lo único que le interesaba era llenar sus bolsillos, había una descarada urgencia por volverse ricos; los aspectos relativos a la promoción del empleo, la reactivación económica y otros aspectos necesarios para construir un tejido social sano quedaron en el olvido.

Por años, ARENA conmemoró esos acuerdos que le permitieron saquear a diestra y siniestra las arcas del Estado. Repartiendo sobresueldos, desviando fondos hacia el partido, financiando campañas con fondos públicos, robando el dinero de donaciones internacionales, privatizando en favor de amigos y familiares.

La amnistía de Arena y FMLN busca anular el informe de la Comisión de la  Verdad - ElFaro.net

Luego, llegó el turno del FMLN quien celebró de igual forma aquella paz. De ARENA podía esperarse todo, “un partido corrupto lleno de gente inescrupulosa con una ambición infinita y un amor por el dinero que lo supera todo”, pero del FMLN el pueblo no esperaba una traición.

Para sorpresa del pueblo, el FMLN resultó ser igual que su “enemigo” y el velo de la confrontación política se cayó, eran solo otra cara de la moneda. Una moneda creada ese 16 de enero de 1992 en la que el país fue ofrendado a cambio del reparto del poder.

Los gobiernos del FMLN siguieron saqueando el Estado, repartiendo sobresueldos, desviando fondos hacia el partido y su empresa Alba Petróleos, financiando campañas con fondos públicos, robando el dinero de donaciones internacionales, metiendo mano en las pensiones de los trabajadores y pactando con las pandillas.

Terminamos con una tasa de homicidios que nos ahogó como sociedad, no tuvimos paz, tuvimos violencia; no tuvimos libertad, nuestros jóvenes no pudieron moverse libremente en su propio país; no tuvimos democracia, solo votamos a quiénes nos iban a robar; tampoco tuvimos institucionalidad, los “contralores” se vendaron los ojos y taparon sus oídos y bocas con los rollos de dinero que ARENA y el FMLN les pasaban.

El pueblo despertó finalmente y rompió con el bipartidismo. En 2019 elegimos a Nayib Bukele como Presidente de la República, los cambios en el sistema de salud, en la seguridad ciudadana y en la educación son notorios. Pero los salvadoreños no hemos terminado lo que comenzamos ese 3 de febrero, aquellos que pactaron para hacernos daño siguen en la Asamblea y al menos, tenemos que hacerlos devolver todo lo robado, porque las vidas que perdimos jamás las podremos recobrar.

Los salvadoreños tenemos #ProhibidoOlvidar.

Consecuencias de la guerra de dos CÚPULAS: muertes, desaparecidos, daños materiales y crisis económica

Previous article

La increíble historia de Pavel Durov, la mente detrás de Telegram

Next article

You may also like

More in Editorial