Los pandilleros interceptaron a la familia Pimentel en una carretera de Sonsonate, después de disfrutar un partido de fútbol, para todos los miembros fue su última noche, pues los pandilleros optaron por llevárselos hasta una finca, donde los asesinaron, violaron, descuartizaron y enterraron sus cuerpos en un cafetal.
Según las autoridades de ese momento los pandilleros de la MS 13 cometieron diferentes delitos, entre ellos, privación de libertad de las víctimas, violación sexual de dos mujeres y el descuartizamiento y enterramiento de las tres mujeres, un joven y un niño.
Todos estos hechos conmocionaron a lo sociedad salvadoreña, pues nunca se había visto después de la guerra civil, este tipo de actos criminales con lujo de barbarie. Después de los hechos, la Policía Nacional Civil capturo a los hechores, los cuales fueron incriminados por uno de sus compañeros pandilleros quien los delato a cambio de beneficios carcelarios. Los tres pandilleros de la MS-13 están pagando 50 años de prisión por cada uno de los cinco homicidios, más otra pena de 12 y 15 años por organizaciones terroristas.
La comunidad internacional nunca dijo nada acerca de estos sangrientos hechos, incluso, ni se expuso mediáticamente el tema de los derechos humanos, a pesar que una familia completa fue asesinada con lujo de barbarie y sin presentar ninguna consideración a la vida humana.