El Salvador ha dado un giro inesperado en su trayectoria de violencia e inseguridad. En 2023, el país ha pasado de ser conocido como la «capital del asesinato del mundo» a convertirse en uno de los más seguros de la región. Un impresionante 88% de la población ahora se siente segura, una estadística que refleja un cambio profundo en la percepción ciudadana.
Este nuevo panorama se debe a las políticas de seguridad implementadas por el presidente Nayib Bukele, quien ha llevado a cabo una serie de estrategias agresivas para desmantelar estructuras criminales y reducir la criminalidad. Estas medidas han resultado en una drástica disminución de la tasa de homicidios, situando a El Salvador entre los países con menores índices de violencia en el hemisferio occidental
La transformación de El Salvador no solo se refleja en las estadísticas, sino también en la percepción de sus ciudadanos, quienes, tras años de miedo e inseguridad, ahora pueden disfrutar de una vida cotidiana con mayor tranquilidad. Este cambio ha sido recibido con optimismo por muchos, aunque también ha suscitado debates sobre las tácticas empleadas y su sostenibilidad a largo plazo.