La oleada de bajas por enfermedad en el Reino Unido, donde esta semana se han superado los 100.000 contagios diarios de coronavirus, amenaza servicios básicos como la sanidad y el transporte, especialmente en Londres, epicentro de la expansión de la variante ómicron.
Más de 18.000 empleados del sistema público de salud en Inglaterra estaban de baja por motivos relacionados con la covid-19 el pasado día 19, según los últimos datos oficiales, un 54 % más respecto a una semana antes.