El Salvador estaba clasificado al hexagonal de CONCACAF, pero sus directivos y sus mañas hicieron de las suyas, pues Canadá ya estaba eliminada junto al equipo de Panamá y del sombrero del conejo mágico, sacaron la octagonal final, en la cual hoy el equipo canadiense “es invicto y líder” después de la ayuda de los directivos los cuales son magos magistrales en todo su esplendor. 

Después de ayudar a Canadá y Panamá y traerlos a la vida nuevamente para Qatar 2022, no basto, pues los “favores” no terminan ahí, a pesar de tener la tecnología adecuada, fondos económicos disponibles y todas las posibilidades, sus árbitros ignoran totalmente a su conveniencia el “VAR” dejando en evidencia que solo se usa cuando tocan a sus equipos favoritos para clasificar al mundial de futbol, un ejemplo claro fue el partido de El Salvador contra Canadá, donde el equipo del norte comete una clara falta dentro de área chica, derribando al jugador de la selección salvadoreña y ni tan si quiera el árbitro opto por preguntar al área técnica del VAR para ver la jugada y “revisarla” favoreciendo en el marcador al equipo canadiense, interfiriendo directamente en la historia del partido directamente.  

Otro ejemplo de “la manita” salvadora de CONCACAF fue con México, donde el árbitro pito directamente un penal a favor del tri, el cual fue una falta inexistente y sacado de la “bolsa de las ayudas” del árbitro, le regalo al equipo mexicano un gol el cual hoy por hoy, complica las aspiraciones panameñas al mundial de fútbol. 

¿VAR para qué? 

Durante las dos jugadas en las cuales no se pitó la falta a favor del equipo salvadoreño, salvando al equipo de Canadá en el Cuscatlán y en la otra un penal inexistente que se pitó a favor del equipo mexicano, perjudicando al equipo panameño directamente, en las dos jugadas polémicas, no se usó el VAR, ni tan siquiera para revisarlas, la ayuda fue clara por parte de CONCACAF, el cinismo de los directos es totalmente descarado y al final quien pierde es el fútbol. 

Dato curioso: El presidente de CONCACAF es Victor Montagliani un empresario canadiense, ejecutivo de fútbol y presidente de Concacaf.