Aunque tiene su hogar, el minino disfruta de sus paseos por el vecindario y hacerse pasar por «callejero» con la finalidad de poder disfrutar de un bocadillo donde quiera que se dirige.
“No le voy a quitar su estilo de vida y cambiarle la rutina drásticamente”, explicó la dueña de un pequeño gato que se decanta por la comida que le proporcionan los vecinos. A pesar de que el felino tiene todas las atenciones que una mascota necesita, este minino prefiere comer fuera de casa.
Pipo es el nombre del felino que es fiel a sus instintos básicos que le sugieren que salga de su domicilio donde tiene la comida segura y se dirija las inmediaciones y hacerse pasar como un callejero más. Al parecer las sardinas son el platillo preferido de este minino.
Los amantes de los gatos saben muy bien que resulta muy difícil mantener a un gato totalmente domesticado. Aunque estén sin la posibilidad de re-producirse su composición genética los motiva a salir del hogar durante diferentes horas.