Redacción | Después de un año de subidas y bajadas constantes, el precio de la gasolina y el diésel lleva dos semanas al alza. En buena medida se debe a que el precio del barril de Brent ha subido en una semana hasta alcanzar los 95,74 dólares, pero también a los recortes en la producción anunciados por la OPEP y sus aliados, entre los que figura Rusia.

Como resultado, en Europa estamos pagando los carburantes más caros, pero hay países en los que la situación se agrava por culpa de sus circunstancias particulares. Como en Francia, donde hay que sumar unas huelgas en las refinerías nacionales que están provocando escasez de combustible en varias regiones del país.

Las consecuencias ya se están notando en algunas zonas de Francia, especialmente en el norte, donde están ubicadas las refinerías en huelga, a pesar de que el Gobierno ha liberado reservas estratégicas de energía para hacer frente a la falta de suministro. Y es que, como indica El Economista, alrededor del 60% de la producción de las refinerías francesas está temporalmente parada

La situación es más preocupante en la región de Île-de-France, en la que se encuentra París. Allí, el combustible se ha agotado en algunas gasolineras, mientras que en otras, el miedo a que suceda lo mismo ha llevado a los ciudadanos a hacer largas colas para repostar.