El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) es el lugar donde los pandilleros terroristas pagarán los hechos más sanguinarios cometidos contra los ciudadanos salvadoreños.
Los partidos ARENA y FMLN no combatieron de raíz a las pandillas en El Salvador después de la posguerra, cuando Estados Unidos comenzó a deportar a los salvadoreños que habían delinquido en ese país norteamericano y desde ese entonces la mayor pesadilla de la historia se iba formando, hasta llegar a ser uno de los países más sangrientos del planeta.
Los partidos opositores sabían los hechos de sangre que se cometían, de hecho, fueron los precursores intelectuales de la tregua entre pandilleros terroristas, con todo los hechos ocultos ante los salvadoreños, los grupos delincuenciales se fortalecieron cuando políticos como Norman Quijano y Ernesto Muyshondt (del tricolor) y Arístides Valencia y Benito Lara (del FMLN) negociaron con los grupos terroristas a cambio de obtener respaldo electoral.
Los hechos sangrientos eran el pan diario, si una persona salía, sabía que el regreso a su hogar era incierto, el miedo, la zozobra y la necesidad de salir a trabajar era una combinación fatal, pero todo salvadoreño tenía que salir a ganarse el pan de cada día, hechos como la muerte de ocho trabajadores a machetazos, el incendio provocado a unidad de transporte y la famosa muerte por no pagar la renta, llegaron a ser hechos sanguinarios e inhumanos que se vivieron en El Salvador.
Donde todo inició a cambiar!
El Gobierno del Presidente Nayib Bukele, busco derrotar a las pandillas terroristas desde el inicio de su gestión, el mandatario salvadoreño había prometido a los salvadoreños regresar la esperanza de vida a los ciudadanos, desde el inicio ideó planes estratégicos de seguridad, los cuales incluían dignificar a la Policía Nacional Civil y la Fuerza Armada, desde equipos personales, mejoras de sueldos y remodelación total de espacios de trabajo, los cuales incluían unidades de trabajo y descanso, el trabajo apenas iniciaba, pues, tanto ARENA y el FMLN habían debilitado a las instituciones, dejándolas en paupérrimas condiciones para el elemento humano.
Después de un tiempo, el mandatario salvadoreño consolidó a las dos instituciones que brindan protección a los salvadoreños, con lo cual puso en marcha el Plan Control Territorial (PCT), dividiéndolo en diferentes fases con lo cual puso las primeras piedras para darle la guerra a las pandillas terroristas, poco a poco, las fases dieron sus resultados, pero hacían falta elementos legales para agilizar el trabajo operativo y legal, con lo cual se dispuso a usar las facultades constitucionales y se puso en marcha El Régimen de Excepción, herramientas que darían a las autoridades la potestad para hacerle frente a las pandillas terroristas.
Régimen de Excepción, dio sus resultados inmediatos, los cuales combinados con el Plan Control Territorial, los salvadoreños iniciaron a experimentar nuevamente la libertad de andar seguros en las calles, sus colonias y en todo el país, pero el tema carcelario era imprescindible, pues las cárceles en El Salvador eran centros de especialización criminal, ya que ARENA y el FMLN se habían encargado de hacerlo así, incluso dándole a los reos beneficios que incluían hasta fiestas «porno», por dichas razones, el mandatario salvadoreño cambió la estructura carcelaria, brindó asistencia a los trabajadores de los penales y dotó de herramientas legales a las autoridades penitenciarias para poner ley y orden dentro de los penales en El Salvador.
El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT)
La visión del mandatario salvadoreño es más futurista, incluso para el tema carcelario era necesario incluir un lugar adecuado para que los pandilleros más sanguinarios pagaran sus actos y todo esto fue pasando, a medida que el Régimen de Excepción y el Plan Control Territorial daban sus primeros frutos en materia de seguridad ciudadana, el mandatario salvadoreño construía una mega cárcel, adecuada para este tipo de criminales dementes, por eso implementó El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) es un centro penitenciario de máxima seguridad con capacidad para 40,000 presidiarios situada en el municipio de Tecoluca en el departamento de San Vicente, en la zona paracentral de El Salvador.
Tiene una extensión de 116 hectáreas de terreno, de las cuales 23 pertenecen a edificios de la prisión y cuenta con 19 torres de vigilancia. Constituyéndose como la cárcel más grande de El Salvador y América. Cuenta con pabellones de confinamiento de reos, reflectores de alta luminosidad, cámaras térmicas y cuatro anillos de seguridad que constan de muros perimetrales de concreto de 2.1 km de largo y cercas electrificadas con cargas de 15 000 voltios. Mantiene vigilancia permanente mediante cámaras térmicas.
Además, posee un edificio destinado para los agentes penitenciarios, un almacén de armas, oficinas administrativas, planta de tratamiento de aguas residuales y plantas de respaldo eléctrico. El reclusorio se diseñó con talleres y fábricas para que los reclusos trabajen a cambio de su comida en ellas.
Mantiene una dotación permanente de 600 elementos de la Fuerza Armada y 250 efectivos de la Policía Nacional Civil, estos adicionales a los custodios de la Dirección General de Centros Penales.
La mega cárcel está diseñada para albergar a más de 40.000 presos y 600 guardias que los mantienen vigilados, por el cual cuentan con agua, luz y nada de conexión al internet.
Los primeros 2000 presidiarios fueron trasladados a CECOT el 24 de febrero de 2023. El segundo traslado se realizó el 15 de marzo, un total de 2000 reclusos fueron llevados hasta el CECOT.
El CECOT es el lugar donde ahora y por mucho tiempo los pandilleros terroristas que hicieron daño a la sociedad salvadoreña con sus actos crueles y de alto grado de brutalidad pasarán sus días pagando sus hechos, es de recordar que sin seguridad no hay desarrollo en un país, el mandatario salvadoreño sabe bien esta regla, crucial para los intereses de la nación salvadoreña en sus aspiraciones a ser un país de libre desarrollo.