Desde la llegada a la Presidencia de la República, Nayib Bukele transformó el estado salvadoreño y ahora responde a los intereses colectivos públicos, como debe de ser.

Durante 30 años, ARENA y el FMLN, destruyeron por completo el estado salvadoreño, desde la privatización de los bienes estatales hasta negociar la muerte de los salvadoreños con las pandillas terroristas a cambio de mover a dichos grupos criminales para obtener apoyo electoral, una historia de sufrimiento y hechos macabros fueron el pan diario de cada día de los ciudadanos, tal sufrimiento hizo que muchas familias quedaron destrozadas, otras emigraron y en los casos más difíciles de asimilar, ciudadanos desaparecidos o mutilados por completo por las pandillas terroristas.

Ese escenario terminó en el 2019, donde la población salvadoreña voto por un joven presidente, que tenía una visión distinta de país y desde su llegada a la Presidencia de El Salvador inició una transformación histórica que incluye pilares fundamentales para el desarrollo de un país como: seguridad, educación, salud, obras públicas, turismo y otros campos.

Al final del cuarto año de su mandato, El Salvador dejó de ser el país más violento y peligroso del mundo y todo apunta que se está convirtiendo en uno de los más seguros de todo el continente americano.

Las encuestas de todas las casas de investigación mantienen un dato en común, es simplemente que el mandatario salvadoreño mantiene su popularidad arriba del 90 %, algunas casas encuestadoras lo califican con menos, pero siempre en dato similar a 8, 8.5 o arriba.