Ecuador superó el lunes los 30.000 casos confirmados del coronavirus en su territorio, en momentos en que el Gobierno puso en marcha un plan para suavizar la cuarentena impuesta desde mediados de marzo.

El país confirmó unos 31.881 contagios del virus, de los cuales unas 1.569 personas fallecieron y otras 1.336 murieron con sospecha de tener COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el coronavirus.

Pero, el Gobierno ha advertido que el número de víctimas podría ser mucho mayor, particularmente en Guayaquil, donde se dejaron cadáveres por días en hogares y por horas en calles antes de ser recogidos para su inhumación en un cementerio de emergencia.

El presidente Lenín Moreno aseguró la semana pasada que la tendencia de contagios se estabilizaba y había una reducción de muertes, después de que el brote abrumara a las autoridades sanitarias de Guayaquil y devastara la economía de la nación petrolera.

Después de una cuarentena estricta de más de un mes para frenar la pandemia, el Gobierno permitió desde el lunes reactivar la actividad comercial pero únicamente con ventas por llamadas telefónicas o en línea y con entregas a domicilio y extendió el horario del servicio de taxis urbanos de acuerdo a su número de placa.

Además permitió al sector de la construcción retomar su operación en proyectos específicos, con estrictas medidas de seguridad y distanciamiento.

Arrancó una nueva fase que es la fase del distanciamiento social, hemos pasado más de 45 días en donde el aislamiento fue la tónica principal

dijo la secretaria del Servicio de Gestión de Riesgos, Alexandra Ocles, en una intervención televisada.

Ecuador mantendrá pese a esta nueva etapa el toque de queda vigente por 15 horas en todo el país, el cierre de sus fronteras, la restricción en vuelos internacionales y el transporte público, así como la jornada laboral desde casa en la mayoría de los sectores.